martes, 29 de marzo de 2016

Un mix: Música, drogas y fotografía



Las drogas y la muerte del padre son los dos temas centrales de la historia, quizás unos de los más temidos para conversar con un adolescente. En "La primavera del mars" están presentes sin ser como tal el centro de la novela, sino por el contrario, la aventura en la que se pueden ver involucrados los personajes y la forma en que le intenta dar la vuelta. Joaquín, el protagonista, relata de manera muy suelta y clara, cuál es su relación con esos temas e incluso, cómo es que se relaciona su adolescencia con la pérdida de su padre y las sustancias ilegales; también se ve el presente: el internet, Wikipedia y la velocidad que puede tomar la información para viajar por el mundo.

La historia apuesta por mostrar el nivel de probable ingenuidad de los adolescentes o, de manera más directa, la facilidad para caer en la presión del grupo, en los vicios o acciones posibles que impliquen el identificarse. También da otra cara de la moneda, las aventuras de los adolescentes sin miedo, no como una crítica sino muchas veces como un posible rescate o camino menos sinuoso; al mismo tiempo la música y los conciertos son reinantes en la historia de Joaquín.

Al final, la historia es sobre adolescentes aburridos, sobre las consecuencias a actos impulsivos (buenos o malos), que por la juventud no son vislumbradas y tampoco hay forma de simple de controlarlas cuando se aparecen de golpe. 

"La primavera del mars" es además acreedora del Premio Gran Angular México lo que es ya una garantía, además de que su autor, José Antonio Sánchez Cetina, acaba de ganar el premio de novela juvenil Fenal-Norma, lo que confirma que no fue una casualidad. 

Es sin duda una novela para los padres de adolescentes, para esos angustiados por las drogas, como lo es para los hijos y para cualquier lector que esté cerca o tenga nostalgia por su adolescencia.




No hay comentarios:

Publicar un comentario